Tres consejos
fáciles y sencillos que cambiarán tu cara cada mañana.
¡Toma
nota!
1. Lavarse
la cara con agua fría
La temperatura
del agua con la que te lavas la cara juega un papel muy importante en tu rutina
diaria. Por la mañana, lo más recomendable es que utilices agua fría para
ayudarte a despabilar después de dormir pero también para descongestionar los
ojos, las bolsas y las ojeras. Al aplicarla, también ayudarás a cerrar un poco
los poros y conseguir que no se impregnen de suciedad durante el día. Un gesto
tan básico y simple como este puede ayudarte a mantener tu piel limpia, fresca
y equilibrada.
2.
Afeitado en la ducha
Una forma
rápida y cómoda de afeitarte es hacerlo dentro de la ducha o al salir de ella.
El vapor ablanda el pelo y después te resultará mucho más fácil rasurarlo.
Además, evitarás irritaciones y rojeces.
3. Crema
adecuada a tu tipo de piel
Es muy
importante que utilices una crema hidratante cada día adecuada a tu tipo de
piel. Si tienes la piel grasa, con el poro muy abierto y tienes tendencia a que
te salgan brillos, lo mejor es que utilices una crema matificante, fresca y
ligera. Si por el contrario tienes la piel seca, tirante y con frecuencia a
descamarse, utiliza una crema nutritiva que te aporte toda la hidratación que
necesitas.
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